Para el año 2006 me encontraba al tope de mi carrera profesional, mi agenda de trabajo se mantenía colmada de actividades, aún me emocionaba afrontar un trabajo que involucraba trasnochos, mucho café y sentir la adrenalina que genera la presión de mi profesión.
Por esas fechas, comencé a notar que mi capacidad de redacción estaba siendo afectada, por la gran cantidad de términos técnicos que constantemente leía o escribía, por el uso frecuente de términos en idioma inglés, por la simplicidad derivada de los correos electrónicos, por los sistemas de mensajería instantánea o por los frecuentes mensajes de texto enviados o recibidos por los teléfonos móviles. Además, había perdido aquella sana costumbre que había adquirido durante mi adolescencia, la lectura.
Aquellos años de tanta lectura y escritura en el seminario, eran aplastados por el peso de mi trabajo y la imperiosa necesidad de mantenerme actualizado tecnológicamente.
Decidí que la mejor forma de obligarme a escribir sobre algo diferente a mi profesión... era iniciar esta bitácora.
Partí de la premisa que sólo escribiría sobre los temas que conozco y vivo día a día, sobre cuestiones globales o temas de tecnología; además evitaría, en la medida de lo posible, radicalizar posiciones.
Así un 19 de Mayo, después de luchar un poco con el diseño de la bitácora, coloqué mi primera entrada, en la cual cuestionaba el concepto de libertad.
Desde el principio algunos de mis familiares y amigos más íntimos han seguido la bitácora, aunque no acostumbran a comentar pues prefieren realizarlo personalmente.
En Febrero 2007, para sorpresa mía, apareció el primer comentario de alguien que no conocía y que visitaba mi bitácora. Desde ese entonces Tía Doc ha sido una consecuente visitante, a quien siempre le agradeceré sus impecables aportes en cada uno de sus comentarios.
Durante estos tres años he escrito sobre una gran variedad de temas.
He resaltado las bellezas de mi país, comentado sobre los más extraños casos, criticado a diestra y siniestra a los políticos de mi país, me he asombrado con algunos hechos, he hecho públicas mis preferencias musicales, compartido algunas angustias de mi esposa y su profesión, me he emocionado con los logros de mi ahijado, disertado sobre mi pasión y muchas cosas más.
Sin embargo, los artículos más emotivos (y más comentados) han sido inspirados por mi hija.
Cada comentario recibido ha sido un gratificante aliciente, y en todos los casos he intentado corresponder de igual forma.
También, esta bitácora me ha permitido conocer, desde la virtual cercanía, a personas muy especiales y con diversas sensibilidades.
.- Rosa. Una paisana actualmente radicada en el extranjero, y con la cual comparto algunas circunstancias similares. Todo un honor, considerando que ella es una experta en esto de los blogs.
.- Azules. Otra paisana, radicada en el extranjero, adicta a la lectura y que desgrana su vida en cada entrada que coloca.
.- Blogus, quien con sus ácidos comentarios y sus posiciones radicales captó inmediatamente mi atención. Ahora que es padre de un hermoso hijo, ha desatendido un poco su blog; cuestión obviamente razonable.
.- Ema. Políglota itinerante que recorre el mundo de conferencia en conferencia, ofreciendo sus servicios de traducción. Su blog basado en historias de África es especialmente llamativo por la calidad de las fotos.
.- Andrea, quien en eventuales relatos describió todas las vivencias de una pareja y sus hijos residiendo en un país extranjero, para luego compartir la alegría del regreso a su tierra natal.
.- Ega y Maga. Venezolanas ambas. Una radicada en España y la otra en Venezuela, una madre y abuela la otra hija y madre, quienes comparten un blog muy familiar, donde se demuestra que las distancias no son obstáculos cuando lazos afectivos nos unen.
.- Alejandro con su reflexiva y concurrida bitácora.
.- Curiosa. Un blog que descubrí desde hace al menos un par de años, y del cual me enamoré por la limpieza de su diseño y por los interesantes comentarios de su redactora.
.- L&M. A pesar de nuestro parentesco, la distancia se ha empecinado en evitar conocernos personalmente. No obstante, a través de su bitácora y la mía, hemos compartido momentos, situaciones, anécdotas y hasta recetas de cocina. Además, me ha permitido ejercitar el idioma natal de mis padres, del cual proviene el nombre de éste blog.
Muchas veces me preguntaron: ¿de dónde viene el nombre de tu blog?, pues... en gallego significa: “Travesuras de la Luna”.
Ahí pues... la respuesta.
Un nombre colocado en honor a mi madre y a mi padre.
.- Euchy y su explosiva y vivencial bitácora donde refleja, con gran detalle, todos los pormenores de las situaciones que le toca afrontar a una joven profesional, que decide participar plenamente en los procesos políticos del país, en estos trémulos momentos.
Desde esta humilde bitácora le deseo mucha suerte en el camino que ha decido seguir; ojalá muchos de nuestros jóvenes tuviesen, al menos, la mitad de su coraje.
.- Mariale con su irreverente, sincero, sarcástico y variado blog, con quien comparto la pasión por el buen fútbol.
.- Maru. Con su acento venezolano, contándonos como se adapta una familia a un nuevo plan de vida.
.- Pablo. "Alguien que suele ver al mundo con los ojos de alguien que siente que la mayoría de las veces, no pertenece. Aunque a veces le ataca la costumbre..."
.- Antonieta redactando vivencias desde la bella Isla de Margarita.
.- Genin. Como él mismo se describe: "Caballero español y venezolano, de los de antes, pero no de antes de la guerra... Extremista, bastante anárquico, bastante progresista, republicano, agnóstico y jubilado".
.- Tata con su sensorial blog repleto de emociones exquisitamente redactadas.
.- Miss Lore y su muy personal bitácora.
.- Manuel. Amigo y compañero de vivencias durante nuestra estadía en el seminario. Gracias a este submundo de redes sociales nos hemos reencontrado.
No olvido aquellos amigos que han decidido radicarse en otros países, que frecuentemente me visitan, en busca de noticias o simplemente para curiosear y luego me envían sus comentarios por los diversos correos electrónicos. Gracias por estar ahí.
Y por supuesto, una especial mención a mis dos principales lectoras, mi hija y mi esposa.
Tres fructíferos años durante los cuales ésta bitácora formó parte importante de mi vida, que completó muchas noches de insomnio y puso a trabajar sudorosamente a la solitaria neurona encargada de la escritura, a pesar de los eventuales ataques de agrafia.
Sin embargo, ha llegado el tiempo de abrir un paréntesis.
Un tiempo para aligerar cargas, centrar todas las energías posibles y dedicar cada segundo para afrontar las constantes y variantes realidades que el país y sus circunstancias nos impone.
Un tiempo de reflexión y ordenamiento de ideas.
No prometo regresar, pero tampoco prometo someter a ésta bitácora al castigo inclemente del olvido.
Solo el tiempo lo dirá...
Millones de gracias a todos.