domingo, enero 27, 2008

La bailarina.

Todos aquellos que usualmente visitan y comentan en esta bitácora, habrán notado que evito publicar temas relacionados con la intimidad familiar, por razones obvias.


No obstante, en ocasiones existen emociones y sentimientos que son indescriptibles, aún utilizando las palabras más sublimes y excelsas. Además, parecieran ser tan grandes que no pueden ser encerradas entre las invisibles paredes del hogar.

Todos hemos experimentado este tipo de situaciones, en diversos momentos de nuestras vidas...

De igual forma que meses atrás, escribí sobre el orgullo que sentí al conocer que nuestro ahijado había ganado el Concurso Regional de Chef; en esta ocasión, no quiero dejar pasar la oportunidad para comentar sobre la pasión de nuestra hija... El ballet.

Para toda la familia es un misterio la procedencia de esa vehemente afición. Lo cierto es que desde muy temprana edad manifestó habilidades para el baile y la danza, lo que indudablemente incidió en la decisión de inscribirla en una academia especializada.

Durante estos cinco años, asistir tres veces por semana a las clases, de tres horas de duración, se ha convertido en parte de nuestra rutina semanal.

No importa si llueve, si hay problemas en la ciudad, si el colegio le ha enviado muchas tareas, si los ejercicios de estiramiento le han ocasionado fuertes dolores musculares o si tiene algún pequeño problema de salud; a la hora de salir de casa para asistir al ballet... ella está lista.

Varios meses atrás mi esposa y yo estudiábamos la posibilidad de retirarla de la academia, debido a ciertos problemas que no vienen al caso.

Le mencionamos nuestros planes y los argumentos... La reacción fue tal, que decidimos olvidarnos de la idea, obviar el tema y tratar de resolver el caso por otra vía.

Como cualquier niña de su edad, es muy alegre, vivaz y, a veces, descuidada; pero en el momento que entra a su clase de ballet sufre una impresionante transformación, una especie de trance, en el cual la seriedad y la concentración se apoderan de ella.

Su rendimiento ha sido tan destacado, que actualmente se encuentra en un nivel muy superior al que le correspondería por su edad y por sus limitaciones físicas.

Es, notoriamente, la más pequeña del grupo y hace enormes esfuerzos por alcanzar las habilidades que tienen sus compañeras de mayor complexión corporal.

Hace un mes, participó en un gran acto de cierre de año que organizó la academia, conjuntamente con otras escuelas de danza y ballet.

Como premio a su constancia y dedicación, actuó como figura principal en tres actos, uno de ballet clásico, uno de ballet neoclásico y otro de danza.

Desafortunadamente, la cámara de grabación no captó con claridad el acto. Sin embargo, pude rescatar un fragmento, de aproximadamente tres minutos y medio, de la Danza Oriental; donde ella actúa como Geisha vestida con un kimono blanco.


PS: Debo limpiar el teclado, le ha caído mucha baba...


Fotos por orden de aparición:
.- Ella en el papel de Geisha.
.- De espalda aferrada a la barra.

domingo, enero 20, 2008

Cuando las paredes hablan.

De ironías.


De diplomacia exterior.


De confrontaciones.


De anhelos.


De deseos.


De contradicciones.


De ortografía.


Fotos tomadas con mi teléfono móvil, en diversos lugares de la Ciudad de Caracas.

martes, enero 15, 2008

Dia del Maestro.

Como es costumbre, este 15 de Enero se celebra en Venezuela el día del maestro.

Esta fecha fue seleccionada en conmemoración de la fundación de la Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria, el 15 de enero de 1932.

Fernando Savater, reduce en una sublime frase el objetivo del proceso educativo: “hay que nacer para humano, pero sólo llegamos plenamente a serlo cuando los demás nos contagian su humanidad…”.

En el caso venezolano, ser educador es indudablemente una cuestión de vocación y amor por el prójimo, porque es uno de los ejercicios profesionales peor remunerados y con mayores sacrificios.

La afirmación de Roland Barthes "la nobleza de un oficio es inversamente proporcional a su rentabilidad", calza perfectamente con la situación de un educador venezolano.

Como esposo de una abnegada Licenciada en Educación, quien por más de una década ha dedicado a su profesión muchas horas de trabajo, algún trasnocho, y, sobre todo, inmensa paciencia; he sido espectador en primera fila de todas las vivencias de un docente.

Las anécdotas son miles. Las satisfacciones no cuantificables. Los problemas son el día a día.

Estos son algunos de los sucesos que ha experimentado a lo largo de su carrera, y que más me han impresionado.

.- Situación 1.
El niño hace pequeñitas bolitas de plastilina y las coloca en un trozo de papel cuadrado, el cual posteriormente enrolla formando una especie de cigarrillo.

La maestra pregunta: ¿qué haces?

El niño responde, con la ingenuidad características de la edad preescolar: “un cigarrillo como los que se fuma mi papá en la calle…”

Imaginarán que los cigarrillos que fuma el padre, no son precisamente de tabaco…

.- Situación 2.
Una niña le pide a un niño que se acueste boca arriba y ella se sienta encima, justo a la altura de la cintura.

La maestra pregunta: ¿a qué juegan?

La niña responde, con una amplia sonrisa: “jugando como papá y mamá lo hacen en su cuarto…”

La maestra cita al padre y a la madre para plantearles la situación.

Respuesta de los padres: “no se preocupe maestra, nosotros no le ocultamos nada a nuestra hija…”

.- Situación 3.
Se celebra el Día de la Resistencia Indígena y se realiza un sorteo entre los pequeños alumnos para determinar quien representa a Cristóbal Colón, Rodrigo de Triana, al Cacique y a los indios e indias.

Un varoncito llora y protesta airadamente porque le tocó ser un indio.

La maestra intenta explicarle la situación, pero no hay manera… el niño no quiere ser indio. Quiere ser una ¡INDIA!...

Finalmente, no participa en el acto escolar, debido a su insistencia en ser india.

Semanas después, una visita al psicólogo escolar, determina que el niño presenta una desviación en su comportamiento sexual, producto de constantes violaciones de las que fue objeto en otra institución educativa.

La madre, un funcionario policial, se rehusó a participar en las sesiones de terapia que se le programaron al desafortunado infante.

.- Situación 4.
Un niño furibundo, en total estado de cólera, lanza un pupitre contra un compañero; la maestra intenta evitar el impacto y coloca el brazo para proteger al asustado niño, blanco de aquel objeto volador. Sufre una seria lesión en la mano derecha.

El niño, mucho más enfurecido, arremete contra la maestra utilizando un lápiz cual espada; ésta toma un libro y lo coloca entre el niño y su cuerpo para evitar ser alcanzada por aquel pequeño Zorro.

Dos días después, la maestra es citada para comparecer ante la dirección del plantel, debido a una acusación de maltrato que fue interpuesta por los padres del niño en cuestión.

Ellos aludían que su hijo fue violentamente atacado por la maestra, quien utilizó un libro para golpearlo. Es decir, ella debía permitir que el niño clavara el lápiz en su cuerpo...

Pasada la respectiva visita al psicólogo escolar, se determinó que el niño presentaba una conducta extremadamente violenta, resultado de aberrantes palizas que le propinaba el padre.

.- Situación 5.
Un niño le clava un lápiz en un ojo a un compañero. Terrible momento…Llegan los servicios médicos de emergencia y trasladan al chico a un hospital, la maestra lo acompaña en la ambulancia; mientras llaman a la madre para informarle del hecho.

La madre se presenta en el hospital, la maestra sigue ahí.

El pronóstico médico es reservado.

Llora la madre, llora la maestra. Pasan las horas.

Salen los médicos…buenas noticias. El ojo no fue seriamente afectado, el niño es enviado a casa con absoluto reposo y un gran parche.

Tiempo después maestra y madre mantienen excelentes relaciones.

.- Situación 6.
Un niño le muestra a sus compañeros su nuevo calzado deportivo, la maestra lo felicita y le pregunta quien se lo regaló. El niño responde “estos zapatos me lo regaló mi papa y cuestan más que lo que Usted gana aquí…”.

Ante la crudeza de la respuesta del niño, la maestra opta por obviar el tema.

Meses después se conoció que el padre del niño, había participado en varios robos a mano armada.


FELICIDADES DOCENTES.

miércoles, enero 09, 2008

Mezquindad.

Dentro del ámbito del deporte nacional, el año 2008 será recordado como el año en que las selecciones nacionales de voleibol femenina y masculina, se clasificaron por primera vez a los Juegos Olímpicos.

El combinado masculino, en una impecable demostración, venció en su feudo al poderoso equipo argentino. Las féminas también realizaron una extraordinaria tarea al ganar su duelo ante el equipo de Perú, en suelo peruano.

En un país de donde el béisbol y el baloncesto acaparan las preferencias populares, el voleibol es considerado como un pasatiempo colegial, que por décadas ha estado a la sombra de las potencias regionales Brasil, Argentina y Perú (la última en el caso femenino).

Estos logros que enaltecen el deporte nacional y que deberían ser motivo de orgullo para todos los venezolanos, no podían escapar de la mezquindad de la polarización política que carcome todos los sectores nacionales.

Los medios de comunicación ofrecieron escasa cobertura de este hecho noticioso, que por demás es positivo. Durante la realización del evento, las informaciones que se suministraban enfatizaban los problemas e inconvenientes que tenían los seleccionados venezolanos, en vez de promover los avances que las jugadoras y los jugadores estaban obteniendo.

Incluso, sutilmente se han intentado minimizar tales victorias.

Particularmente, tengo la sensación que desde ciertos grupos, se deseaba fervientemente un fracaso de estas selecciones.

Por otra parte, desde el sector oficial se pretende obtener dividendos políticos de estos éxitos, promocionándolos como consecuencia exclusiva de la política deportiva de la Revolución Bolivariana; lo cual no es del todo cierto.

El verdadero impulso del voleibol venezolano data de 1992, cuando el técnico cubano José David Suárez tomó las riendas del seleccionado venezolano, estructurando la base del actual equipo y aportándole la innegable experiencia y capacidad que tienen los antillanos en el deporte.

En la rama masculina, varios de los jugadores son profesionales que participan en las más importantes ligas europeas; donde los niveles de competitividad les exigen las más elevadas capacidades técnicas y físicas.

Indudablemente, sin el apoyo y sin el aporte financiero de los entes oficiales, tales como el Instituto Nacional de Deportes y las federaciones, las selecciones nacionales no tendrían oportunidad de participar en este tipo de competiciones. Pero no debemos olvidar que su labor es esa y para eso fueron creados.

Ambas actitudes me parecen rastreras, porque más allá de sus evidentes intereses, el deporte en sí es un enfrentamiento, desde el punto de vista más sublime, entre dos o más personas, de igual a igual.

En el momento de la competencia, cuando la adrenalina está en estado de ebullición, cuando el sudor no logra enfriar el cuerpo, cuando los sentidos se agudizan y el corazón golpea contra las costillas, no hay espacio para otra cosa que el innato deseo de ganar.

Foto: Jugadores celebrando después del triunfo.

domingo, enero 06, 2008

A la rutina otra vez.

De vuelta en casa, después de unas vacaciones de fin de año marcadas por algunos acontecimientos que intentaron opacar nuestro tiempo de disfrute.

Mientras nuestra hija jugaba con las amigas en la playa, fue picada por un pez; dejando un par de heridas que le ocasionaron gran dolor.


Ante el temor que el pez atacante fuese un pez sapo, solicitamos la ayuda de un cuñado experto en peces y, afortunadamente, se determinó que el travieso pez fue un pequeño bagre de mar.

Con la experiencia acumulada por un pueblo de pescadores, un remedio casero calmó el dolor, y en un par de horas nuestra hija había olvidado el incidente.

El 31 de Diciembre, nuestra hija despedía el año con una fuerte fiebre generada por una papera o parotiditis.

Consulta de emergencia a un pediatra amigo de la familia. Tratamiento. Cinco días de reposo. Adios playa, adios olas, adios sol, adios peces traviesos...

Por mi parte, pues tampoco me libré del tema de la salud. Una fuertísima diarrea provocada por un virus, me ha mantenido ejercitando mis piernas corriendo frecuentemente a cuanto baño consigo en el camino.

A pesar de estos incidentes, estos días de vacaciones y de compartir con la familia fueron como siempre muy placenteros y relajantes.

Mientras la solitaria neurona de la escritura se despierta del letargo vacacional y se sostiene fuertemente de la corteza cerebral, para evitar ser arrastrada por la incesante diarrea, les dejo una foto de un atardecer en la Bahía de Juan Griego; tomada con mi teléfono móvil... para variar.