lunes, noviembre 05, 2007

La Corbata.

Desde hace varias semanas, estoy participando en un importante y complejo proyecto que está relacionado con muy alta tecnología informática, en una de las instituciones más importantes del país.

El plan preliminar de trabajo estima un mínimo de 6 meses de trabajo muy arduo, intenso y delicado; que incluye largas amanecidas y muchos fines de semanas sacrificados.

Espero que la escasez de alimentos, no afecte al café... Necesitaré litros...

Si existiese café intravenoso, sería el primer adicto comprador...

No es el proyecto más largo ni el más complejo en el que he participado; sin embargo, debido a la actual situación económica y política del país, y al particular momento en el que se encuentra la tecnología involucrada, lo considero uno de los retos más interesantes que he tenido en los últimos años.

Tampoco es la primera vez que trabajo en esta institución.En otra ocasión participé en una actividad que demoró casi 2 años en culminar; por lo tanto, conozco bastante bien la idiosincrasia del colectivo que allí hace vida social y laboral.

Entre muchas de las características que definen a este ente, quizá los rasgos más resaltantes son, la gran burocracia que rodea cualquier decisión, el rígido código de vestimenta y el extremo cuidado que se debe tener con las opiniones y comentarios, que se emiten.

Estos tres aspectos son perfectamente lógicos. Se requieren muchos controles para mantener un organismo de esas dimensiones; por otra parte, los empleados deben ofrecer una imagen sobria que represente a la institución y, finalmente, como en cualquier aspecto de la vida, una idea mal expresada o descontextualizada, puede poner en serios apuros a cualquier persona.

No soy muy afecto a los controles y trato de evitarlos frecuentemente; también soy “corbatafóbico”, en otras palabras...detesto las corbatas y, para colmo de males, en ocasiones soy muy descuidado con las palabras tendiendo a decir lo que pienso en el momento. Esto, inevitablemente, se refleja en mi forma de trabajar.

En todo caso, ninguna de esas circunstancias llega a incidir tan negativamente como para afectar mi rendimiento profesional.

No obstante, el tema de la vestimenta me causa particular interés, especialmente cuando asisto a las extensas reuniones de planificación, pues es muy común que alguien realice algún comentario sobre mis prendas de vestir y hasta me resultan graciosas, las expresiones faciales de algunos de los participantes.
Esto no es nuevo para mi...

Usualmente, y por miles de razones, visto muy sencillo. Pantalón de color oscuro, camisa manga larga remangada hasta los codos y zapatos muy cómodos.
En la medida de lo posible, evito utilizar calurosos trajes y el tormento de la corbata.

Durante mi carrera profesional he tenido infinidad de anécdotas relacionadas con este tema; incluso durante los años que trabajé para una importante compañía trasnacional norteaméricana, me rehusé a ceñirme a la norma que exigía a los empleados occidentales, utilizar regios trajes de color oscuro y corbata perfectamente combinada; llegando al extremo de presentarme a un reunión gerencial, en pantalones tipo bermudas y zapatos deportivos, como muestra de mi protesta porque una persona se quejó abiertamente de mi aspecto.

En dicha empresa trabajan una gran cantidad de hindúes, a los cuales no se les obligaba a respetar esa regla. ¿por qué?, ¿por sus creencias?, ¿y qué había de las mías?...

Siempre he pensado, y así lo he mantenido, que los protocolos de vestimenta están demás cuando de rendimiento y capacidad profesional se trata.

En estos países de clima cálido, portar un traje es equivalente a llevar encima un sauna portátil, durante gran parte del día. Además, implican un mayor consumo de energía pues se requiere que los sistemas de aire acondicionado, se mantengan operando constantemente.

Actualmente, los avances de la tecnología permiten realizar infinidad de trabajos remotos, sin necesidad de la presencia física del individuo; desde una reunión hasta presentar un propuesta económica. ¿Por qué insistir en esta medieval costumbre?.

Afortunamente, algunas personas y empresas, mucho más influyentes que este humilde orate, se han percatado de este detalle y han ofrecido sus ideas al respeto.

.- Junichiro Koizumi, primer ministro japonés, durante el pasado verano nipón exclamó: "¡Es tan cómodo vestir sin corbata!" .

.- El presidente de General Electric para España y Portugal, en unas recientes declaraciones a la prensa, mencionó: “La corbata y el traje no tienen importancia, en un sentido u otro. Lo importante es que los directivos sean accesibles y fomenten un entorno de naturalidad, cercanía y sencillez...”

Pero lo que más gratamente me ha sorprendido, es que desde hace algunos años la misma empresa donde laboré y que me exigía impecable apariencia, ha modificado sus costumbres y hoy hasta sus más altos ejecutivos, se presentan en público muy sencillamente vestidos.


Foto: Fría sala de cómputo, tomada con mi teléfono móvil.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Pablo dice: es el principio... vamos bien... luego sigamos con los zapatos, desde hace 4 años no uso mas que unas sandalias, y se acabaron para mi los hongos y malos olores... sin necesidad de talcos ni pomadas... seguramente para nuestra sorpresa terminemos vestidos como los autoctonos del lugar, a quienes les pido disculpas en nombre del resto de la humanidad, y sin ser representante de ella, simplemente pido disculpas si alguna vez los he despreciado por su ropa, y en algunos casos por su desnudez. Sabiendo que en ellos su uso no solo esta señido a la comodidad climatica si no tambien, a su forma de relacionarse unos con otros. Carilisve, gracias.

MAX Y LULA dijo...

Es una lata lo de que te obliguen a vestir de una determinada manera, sí señor. Parece que al final uno es lo que parece y no lo que vale...

Azul... dijo...

Y, además, ya sabemos que "el hábito no hace al monje", en los últimos tiempos de PDVSA que tan estricta era en ese tema, los viernes se podía ir en jeans y sin corbata :)

Que tu proyecto salga como esperas y que tengas muuucho café :)

Besotes!

Carilisve dijo...

¡Hola!
Azul, de PDVSA también tengo muchas anécdotas relacionadas con este tema, en especial en la sede de Maraven de Chuao y una muy particular en Intevep.
Ahora, también tengo problemas de discriminación para entrar a PDVSA, pero por otras razones...

Tía Doc.- dijo...

Buenas!!!
Carilisve, me alegro que andes metido en ese proyecto. La foto la verdad me suena a matrix ajajaj Me imagino como serán de pesados con la ropa, debe ser un desfile total ajjaja
Luego, me imagino que a los indúes de novell, les mostrarían mucho respeto porque serían adinerados totales jajaja
Un saludo.

Tía Doc.- dijo...

Ese mensaje de Mery, lo he visto en muchos blogs... Que forma fea de hacer publicidad...

Carilisve dijo...

¡Hola Tía Doc!
Gusto tenerte por aquí.

La foto no es de Matrix, pero ese juguete que aparece ahí, tiene un costo de casi 2 millones de Dólares... Así que casi me siento como Neo... jejeje