domingo, febrero 24, 2008

Más feligreses menos árboles.

Dos meses atrás disfrutaba, en compañía de mi familia, de algunos días de descanso y esparcimiento en la siempre bella Isla de Margarita, tierra natal de mi esposa.

Durante nuestra breve estadía, conocimos de un suceso que estaba ocurriendo en el aún colonial, tranquilo y sencillo pueblo de Los Robles.

Un taxista nos comentaba, muy molesto, que alguien estaba cortando los árboles que se estaban detrás de la Iglesia de los Robles o Iglesia de Nuestra Señora del Pilar; para ampliar la capacidad de la misma.

Nos decía que a la mayoría de los habitantes del pueblo los tomó por sorpresa esa acción, pues no habían participado el la decisión de ampliar la Iglesia, ni en la tala de los árboles.

La Iglesia de Nuestra Señora del Pilar fue construida en los años 1700, sus dimensiones son muy reducidas si se le compara con otras iglesias coloniales, sus líneas son simples y sin mucha ostentanción arquitectónica y posee una pequeña campana, que según la leyenda, fue donada por la reina española Juana La Loca.

Lo cierto es que existe un plan de ampliación de la Iglesia, aprobado unilateralmente por la Gobernación del Estado; por lo cual algunos árboles fueron cortados y derribados, entre ellos varios robles casi centenarios y algunos guayacanes.

Muchos habitantes de Los Robles, que por generaciones han huido del inclemente sol tropical refugiándose bajo la sombra de los majestuosos árboles, reaccionaron con una contundente protesta logrando un amparo judicial que paralizó los trabajos, pero... el mal ya estaba hecho.

Finalmente, se decidió realizar una consulta a los habitantes del pueblo (lo que debió ser la primera acción) para a través de un plebiscito definir la posición de los vecinos.

Sin embargo, en un país donde los extremismos están a la orden del día, un acto aparentemente tan sencillo como éste, se ha convertido en una disputa política.

Particularmente, y sin entrar en los detalles religiosos de la necesidad o no de ampliar la iglesia, considero que hay muchos problemas más importantes por resolver, en un lugar tan bello e idílico, que se promociona con un secreto destino turístico en el El Caribe.

Por ejemplo, el tema del agua potable cada vez más escasa y que podría ser solucionado con varias plantas desalinizadoras; el problema del transporte desde o hacia la isla cada vez más escaso y costoso; o la necesidad de mayores y mejores instalaciones para atender el sector de la salud; por mencionar algunos.

Fotos por orden de aparición:
.- Iglesia de Nuestra Señora del Pilar
.- Plan de ampliación de la Iglesia

1 comentario:

egamaga dijo...

Los temas de organización de comunidades siempre son complicados, hay cantidad de fuerzas que hay que ponderar y equilibrar para que una acción se lleve a cabo, mi experiencia es que la Iglesia, no es una fuerza comunitaria muy por el contrario, ve por los intereses de la misma Iglesia como Institución.
Las comunidades aún no saben ni comprenden todo el poder que tienen en sus manos, pero no mediante la politización sino por el solo hecho de ser vecinos y ser afectados por una decisión tanto del gobierno o por cualquier Institución.
La organización, el respeto a las opiniones y el compromiso del trabajo comunitario es lo que hace que el desarrollo se plasme en cada una de las localidades venezolanas…este es un espacio que han visto los partidos políticos abiertos y vulnerables y por ello lo utilizan.
Ojalá que el bello pueblo de Los Robles, sepa aprovechar la oportunidad de tomar sus propias decisiones, ya los árboles no están, pero pueden desaparecer muchas cosas más y eso hay que prevenirlo a tiempo…
Que buen post¡
Ega