Hace una semana, mi esposa se quejaba por una molestia que tenía en un ojo. Pocas horas después ambos ojos se tornaron de color rojo, tenía un incesante lagrimeo, fiebre y malestar general. No había dudas, tenía conjuntivitis.
Acudió a la consulta de rigor, le recetaron unas gotas, una pomada y reposo.
Para evitar que nuestra hija adquiriese la enfermedad, la enviamos a la casa de su abuela para estuviese el fin de semana con ella; sin embargo, ya era muy tarde... pasada la noche del sábado nos informan que tenía mucho dolor en un ojo y la conjuntiva comenzaba a teñirse de color bermejo .
De regreso en casa, madre e hija se aislaron en la habitación principal, separaron sus prendas de vestir, sus toallas, sus vasos, sus cubiertos y otras cosas de uso personal, intentado así evitar que la conjuntivitis me atacara.
Todos sus amorosos actos resultaron vanos... para la mañana del domingo mi ojo izquierdo lagrimaba frecuentemente. En la noche el dolor y el ardor era insoportable.
Los tres padeciendo ese incordio.
Buscando alivio a la molestia, utilicé los medicamentos que le habían recetado a mi esposa, pero olvidé un detalle... mi alergia a ciertos antibióticos. En cuestión de minutos mi rostro se transformó, me parecía a Rocky después de una de sus surrealistas y sangrientas peleas.
Obviamente asustada, mi esposa solicitó ayuda y le informaron, "señora actualmente hay una epidemia de conjuntivitis en la ciudad, los medicamentos para su tratamiento están escasos, pruebe con estas gotas y aplique remedios caseros".
Conversando con mi hermano, me ratifica que en la empresa donde trabaja una gran cantidad de personas están de reposo debido a ésta enfermedad. Recibo llamadas de amigos informándome que están convaleciendo a consecuencia de ella. Mi cuñado también se enferma.
A través del poderoso y sabelotodo Google, encuentro escasas notas que han sido publicadas en algunos periódicos locales, y no precisamente en primera plana.
Un ingenuo usuario de Yahoo solicitó ayuda...
Hay una epidemia en la ciudad y no existe ningún medio oficial o no oficial, gubernamental o no gubernamental, que informe al colectivo.
Existen una gran cantidad de plantas de televisión y radios radicadas en esta ciudad, y a ninguna se le ocurrió la idea de difundir esta noticia.
Quizá por ser época de elecciones, era de mayor interés atender el tema político que la salud pública.
Intrigado y con la esperanza de obtener cifras, consulto la página el Ministerio del Poder Popular para la Salud, pero las únicas estadísticas que logré ubicar fue el anuario de mortalidad del año 2006. No existe referencia a la epidemia de conjuntivitis por ningún lado, solo una reseña de la enfermedad y su tratamiento.
De hecho, no se ofrece un registro detallado de epidemias.
Me pregunto: ¿Existirán estadísticas de este tipo?. ¿Dónde están?. ¿Cómo planifican la compra, importación, fabricación y distribución de medicamentos?. ¿Alguna persona se preocupa por esos datos?.
Si bien es cierto que la conjuntivitis no es una enfermedad mortal, una epidemia de este tipo puede afectar notablemente las relaciones y los procesos productivos de parte de la población.
Definitivamente, la únicas cifras que realmente tienen importancia son:
1.- Las cuentas bancarias.
2.- El costo del barril del petróleo.
3.- La cantidad de votos en los procesos electorales.
4.- La cantidad de muertes provocadas por el hampa (utilizada políticamente).
5.- El precio de los alimentos.
Posdata:
Cinco días después, mi hija recuperó la belleza de su rostro, mi esposa está bien y yo aún mantengo los ojos muy rojos, pero ya no me parezco al Hombre Elefante.
Acudió a la consulta de rigor, le recetaron unas gotas, una pomada y reposo.
Para evitar que nuestra hija adquiriese la enfermedad, la enviamos a la casa de su abuela para estuviese el fin de semana con ella; sin embargo, ya era muy tarde... pasada la noche del sábado nos informan que tenía mucho dolor en un ojo y la conjuntiva comenzaba a teñirse de color bermejo .
De regreso en casa, madre e hija se aislaron en la habitación principal, separaron sus prendas de vestir, sus toallas, sus vasos, sus cubiertos y otras cosas de uso personal, intentado así evitar que la conjuntivitis me atacara.
Todos sus amorosos actos resultaron vanos... para la mañana del domingo mi ojo izquierdo lagrimaba frecuentemente. En la noche el dolor y el ardor era insoportable.
Los tres padeciendo ese incordio.
Buscando alivio a la molestia, utilicé los medicamentos que le habían recetado a mi esposa, pero olvidé un detalle... mi alergia a ciertos antibióticos. En cuestión de minutos mi rostro se transformó, me parecía a Rocky después de una de sus surrealistas y sangrientas peleas.
Obviamente asustada, mi esposa solicitó ayuda y le informaron, "señora actualmente hay una epidemia de conjuntivitis en la ciudad, los medicamentos para su tratamiento están escasos, pruebe con estas gotas y aplique remedios caseros".
Conversando con mi hermano, me ratifica que en la empresa donde trabaja una gran cantidad de personas están de reposo debido a ésta enfermedad. Recibo llamadas de amigos informándome que están convaleciendo a consecuencia de ella. Mi cuñado también se enferma.
A través del poderoso y sabelotodo Google, encuentro escasas notas que han sido publicadas en algunos periódicos locales, y no precisamente en primera plana.
Un ingenuo usuario de Yahoo solicitó ayuda...
Hay una epidemia en la ciudad y no existe ningún medio oficial o no oficial, gubernamental o no gubernamental, que informe al colectivo.
Existen una gran cantidad de plantas de televisión y radios radicadas en esta ciudad, y a ninguna se le ocurrió la idea de difundir esta noticia.
Quizá por ser época de elecciones, era de mayor interés atender el tema político que la salud pública.
Intrigado y con la esperanza de obtener cifras, consulto la página el Ministerio del Poder Popular para la Salud, pero las únicas estadísticas que logré ubicar fue el anuario de mortalidad del año 2006. No existe referencia a la epidemia de conjuntivitis por ningún lado, solo una reseña de la enfermedad y su tratamiento.
De hecho, no se ofrece un registro detallado de epidemias.
Me pregunto: ¿Existirán estadísticas de este tipo?. ¿Dónde están?. ¿Cómo planifican la compra, importación, fabricación y distribución de medicamentos?. ¿Alguna persona se preocupa por esos datos?.
Si bien es cierto que la conjuntivitis no es una enfermedad mortal, una epidemia de este tipo puede afectar notablemente las relaciones y los procesos productivos de parte de la población.
Definitivamente, la únicas cifras que realmente tienen importancia son:
1.- Las cuentas bancarias.
2.- El costo del barril del petróleo.
3.- La cantidad de votos en los procesos electorales.
4.- La cantidad de muertes provocadas por el hampa (utilizada políticamente).
5.- El precio de los alimentos.
Posdata:
Cinco días después, mi hija recuperó la belleza de su rostro, mi esposa está bien y yo aún mantengo los ojos muy rojos, pero ya no me parezco al Hombre Elefante.