miércoles, octubre 29, 2008

Lloraras y lloraras...

Algunos años atrás fui enviado por la compañía en la cual trabajaba, a un curso en la ciudad de Provo, en el Estado de Utah, Estados Unidos.


Era la segunda oportunidad que visitaría ese lugar, por lo cual tenía idea de lo que encontraría; una ciudad con un ritmo de vida muy lento, con ciudadanos muy amables y de rostros afables y centralizada alrededor de la religión de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones).

El curso en el cual me entrenaría para la utilización de alta tecnología informática, tendría una duración de tres semanas.

Asistí al curso con la emoción de conocer una nueva tecnología y resignado a la rutina que me obligaría la ciudad y mi situación (mis viáticos eran escasos).

Durante la primera semana logré relacionarme con un par de compañeros, que hacían la hora del almuerzo un poco más agradable.No obstante, al salir del curso no tenía más opciones que dirigirme al hotel a repasar el material visto, ver mucha televisión, cenar y dormir.

Para el final de la segunda semana, la sensación de aburrimiento era enorme.

Una ostra con claustrofobia...

Tercera semana. Noche de jueves.

Abrumado por la hemorragia de información que estaba recibiendo en el curso y atontado por la rutina nocturna, decidí bajar al pequeño restaurante del hotel y tomar cerveza hasta embriagarme, para luego dormir relajado.

Mientras caminaba por la recepción del hotel, escuché con gran asombro el coro de una canción..."Lloraras y lloraras sin nadie que te consuele y así te darás de cuenta que si te engañan duele ....". ¡Oscar D´León en Provo!. ¿Qué es esto?...

Inmediatamente desperté de mi letargo.

No lograba definir de donde provenía la música y le pregunté a uno de los chicos de la recepción... "Hoy es noche latina en la discoteca...", me dice. Le consulto si puedo entrar al lugar... "Si Usted es huésped, por supuesto...".

Raudo entré a la discoteca...

Un grupo de músicos y cantantes estaban sobre una tarima interpretando temas de salsa y merengue; mientras en una pequeña pista, algunas personas intentaban bailar tales ritmos.

Me senté en la barra y pedí algunas cervezas, mientras disfrutaba la música y me reía de los extraños movimientos que realizaban los inspirados bailarines.

El grupo toma un descanso y algunos de sus integrantes se acercan a la barra a solicitar bebidas, los oigo hablar entre ellos y por ciertas palabras claves, caigo en cuenta que son venezolanos.

Me animo y me acerco a preguntarles...

Me comentan que salieron de su país a probar suerte en la tierra del "sueño americano", y formaron un pequeño grupo especializados en música latina.

Sinceramente, no sabría definir la sensación... Un grupo de paisanos en aquel remoto lugar, que me habían salvado de mi aburrida noche, que hablaban mi idioma nativo, que conocían mis modismos, que tomaban cerveza conmigo y, además, eran músicos. ¿Qué más se puede pedir, en tal situación?.

Tal como lo tenía previsto, terminé la noche ebrio, montado en la tarima, cantando con ellos...

Confieso que no soy muy amante de la salsa; sin embargo, ese día aquellas estrofas fueron sonidos sublimes para mis oídos.

Uno no sabe lo que tiene, hasta que lo pierde...

Foto: Artista urbano. Avenida Urdaneta. Caracas. Foto tomada con mi teléfono móvil.

jueves, octubre 23, 2008

¿Fin de los blogs?.

Leo con cierto asombro una noticia publicada en diversos medios, en la cual anuncian el fin de la era de los blogs.

Según los argumentos que expone el redactor del texto, el fenómeno de las redes sociales ha opacado a los blogs y los hace "lucir" como viejos y obsoletos.

Es indudable el exponencial crecimiento que han experimentado lugares como FaceBook, MySpace, Flickr, Twitter o Hi5; por mencionar algunos. Estos han sido concebidos y diseñados para hacer muy sencilla la tarea de publicar cualquier contenido; y a su vez, para llegar a mayor cantidad de personas.

Precisamente por su capacidad de captar gran cantidad de usuarios, existe un evidente interés comercial que impulsa el crecimiento de las redes sociales. Esa es una importante diferencia que los separa de los blogs.

Por otra parte, desde mi punto de vista, en las redes sociales se presta más atención a la cantidad que a la calidad del contenido.

Es tan sencillo publicar una foto, un video o un enlace hacia otras páginas; simplemente el usuario se limita a mover el ratón (mouse) de un lugar a otro y colocar pequeños comentarios adjuntos.

Un blog requiere mucho más trabajo, desde realizar el diseño al gusto y agrado del propietario hasta mantener cierta cronología de publicación. Eso implica algo de dedicación y tiempo; cuestión difícil de conseguir en esta época...

¿Por qué perder tiempo pensando, ordenando y redactando ideas?. Un par de fotos o un video es suficiente...

Meses atrás coloqué una entrada en la cual mencionaba que había abierto una cuenta en FaceBook. Comparaba las "bondades" del FaceBook con las "dificultades" del Webblog

Mi actual posición hacia los sitios de redes sociales es un poco más complaciente; sin embargo, aún existen aspectos que me incomodan de tales sitios. La claustrofóbica rigidez de sus diseños, las dudas sobre la privacidad de los datos de los usuarios y el exceso de publicidad son una constante en estas comunidades.

Creo que lo que está sucediendo, es que en la misma medida que existe una importante migración de usuarios desde los webblogs hacia las redes sociales, ambos servicios se están integrando.

Gran cantidad de webblogs mantienen a comunidades interesadas en temas muy específicos, eso no desaparecerán tan fácilmente. Al contrario... utilizarán la capacidad de distribución y acceso que poseen las redes sociales, para llegar a más lugares y a mayor cantidad de potenciales lectores.

Pero... me queda una duda. ¿Cuál es el interés en desacreditar a los webblogs?.
Será... ¿qué nos prefieren encajonados en guetos (ghettos) virtuales?.
O... ¿A quién molestará los contenidos que puedan encontrarse en los blogs?.

Foto: Techo de Centro Comercial Sambil. Maracaibo. Tomada con mi teléfono móvil.

jueves, octubre 16, 2008

Lógica.

Estoy de regreso después de una agotadora semana de trabajo intenso en la ciudad de Maracaibo.

A pesar que no fue un viaje de placer, este pequeño alejamiento de la ciudad capital me permitió revalidar algunos conceptos que usualmente los residentes de Caracas obviamos. Venezuela no es Caracas...

Tenía más de 7 años sin visitar Maracaibo.

Encontré la agradable imagen de una ciudad limpia en la mayoría de sus calles, avenidas y espacios públicos, me sorprendí por el crecimiento de la ciudad, me encantó la cordialidad de sus habitantes y la informalidad del trato.

La ciudad se percibe alegre y relajada.

También, me impresionó la cantidad de propaganda política existente por doquier.

Por un lado está el actual Gobernador del Estado, quien se está postulando para la Alcaldía de Maracaibo.

Por otra parte, el actual Alcalde de Maracaibo promocionándose para la Gobernación del Estado.

Tal como sucede en el ajedrez, un perfecto enroque...

Cualquier obra realizada por la Gobernación del Estado, está rodeada de anuncios, carteles o vallas, con la foto del rostro del gobernador.

Para no quedarse atrás, toda construcción perteneciente a la Alcaldía, también posee su respectiva publicidad; por supuesto... con la foto del rostro del alcalde.

En ocasiones el tamaño de la valla duplica a la obra que se publicita.

Ambos personajes son políticamente férreos opositores. El actual Gobernador es reconocido adversario del actual gobierno nacional; muy por el contrario, el Alcalde es ferviente seguidor del proceso revolucionario.

Conversando con una persona le pregunté directamente por quien votará en las próximas elecciones, sin mucho tapujo me respondió casi de inmediato, ¡por los dos!.

En un razonamiento con cierta lógica me explicó lo siguiente:

"El gobernador y el alcalde están constantemente compitiendo para realizar la mejor obra, para mantener limpias las calles, para ofrecer ayudas y subsidios y para lograr atraer las mejores inversiones... de todo eso el más beneficiado es el pueblo, más allá de los intereses económicos personales que ambos manejan... Lo mejor, es mantenerlos en esa competencia, aunque se roben algunos reales”.

Pensé... ¿Será que tendremos que resignarnos a elegir a nuestros gobernantes con ese tipo criterio?.

Foto: Teatro Baralt. Tomada con mi teléfono móvil.

jueves, octubre 02, 2008

Un momento enfermizo.

Recientemente, mientras realizaba un servicio para un importante cliente, una persona me mostró un vídeo supuestamente tomado en el Centro Penitenciario Vista Hermosa, ubicado en el Estado Bolívar.

Por cierto, irónico nombre para una cárcel...

El video en cuestión fue realizado en varias localidades del centro penitenciario y presenta una serie de vejámenes y acciones repugnantemente aberrantes, a la que es sometida un reo, amenazado por otros reclusos armados con pistolas.

Según me comentaban, el individuo ha sido acusado de ser un violador de mujeres.

Sinceramente, no soporté ver todo el video. No fue por la crudeza de la imágenes, porque como he mencionado en múltiples ocasiones, a estas alturas existen cosas que no me sorprenden, sino por la indignación que sentí en ese específico momento.

Indudablemente, el video fue grabado con la complicidad de los servicios de custodia de dicha cárcel. Existe una escena tomada en el patio central, la cual desde mi criterio es imposible que los guardias no la hayan visto.

Se deduce, que el video fue realizado como una muestra o evidencia, para alguna persona que le interesaba ver sufrir a ese supuesto violador.

Particularmente, me molestó la forma burlona y hasta aprobatoria de algunas de las personas que nos presentaban el video.

Siempre he pensado que en el caso de violadores y pederastas, las leyes deben ser contundentes, precisas y sin contemplaciones. En un Estado de Derecho, la justicia debería ser extrema en esos casos.

Dejar la justicia en manos de un conjunto de carceleros y presos es casi ya una tradición en este país, y la muestra más evidente es la apatía con lo cual pasan este tipo de noticias y hechos.

Y la pregunta de siempre pasó rauda por mi cabeza... ¿qué ocurriría si, por un error del sistema judicial, soy acusado de un delito y termino en un centro penitenciario venezolano?.

Mejor, ni lo pienso...

El video está disponible para bajarlo de un servidor en Internet (para variar). No coloco el enlace porque realmente no es apto para menores de edad, estómagos débiles o susceptibilidades delicadas.

Foto: Paseo Los Próceres. Tomada con mi teléfono móvil.