“Una cosa es que en Venezuela hay corrupción, que la hay y hay que combatirla y reprimirla; y otra cosa es que digan que Venezuela es el país más corrupto del mundo, sólo superado por Haití. Eso es mentira porque en Haití lo más que puedes robarte es un racimo de cambur.”
Esta infeliz frase corresponde a una declaración realizada por el Contralor General de la República.
Nada más y nada menos, que la persona que lidera el ente gubernamental encargado “del control, vigilancia y fiscalización de los ingresos, gastos, bienes públicos y bienes nacionales, así como de las operaciones relativas a los mismos.”
Desde que leí esta declaración he intentado descubrir que quiso decir el Sr. Contralor o al menos encontrarle cierto sentido; pero después de dos días que éste párrafo ha estado rebotando contra las paredes de mi cráneo, he decidido rendirme y olvidar el tema, pues debe ser que como no soy “Doctor”, ni economista, ni abogado… mi poco educado cerebro ,y en ocasiones con síntomas de agrafía, no llega a comprender tan trascendental símil.
Veamos el porqué de mis inquietudes….
.- Venezuela es, supuestamente, un país con más riquezas que Haití, por ende existen más posibilidades para que los funcionarios corruptos roben a diestra y siniestra.
Por eso... ¿es mentira que la isla caribeña tenga el primer lugar?. ¿Deberíamos ser nosotros los primeros?
Si un funcionario público venezolano tiene cuentas bancarias en monedas extranjeras, yates, avionetas, obras de artes, viste con costosos trajes, posee espectaculares casas y viaja sin límite de divisas alrededor del mundo; y muy por el contrario, el corrupto funcionario haitiano acapara racimos de cambur en el patio de su humilde casa, de verdad que... es injusto que nos roben ese primer lugar.
Muy injusto…
.- ¿Será que las cuentas en monedas extranjeras, los yates, las avionetas, las obras de artes, los costosos trajes, las espectaculares casas y los viajes alrededor del mundo son más fáciles de ocultar que un racimo de cambur?.
¡Claro!. El cambur se pudre y deja ciertas huellas, pero que bruto soy….
.- ¿La cosa de mayor valor que se puede encontrar en Haití es un racimo de cambur?.
Reconozco que nunca he estado en Haití… Tendré que realizar un viaje para cerciorarme sobre el costo de un racimo de cambur.
.- Quien hurta un racimo de cambur es un ladrón… pero el individuo que roba los recursos para construir un hospital, un colegio, una calle, etc., ¿qué es?.
Por supuesto, hay atenuantes… es que no soy abogado. Que pena…
No puedo comparar el robo de un racimo de cambur, con las insignificantes cosas como las que se han robado nuestros políticos y funcionarios públicos.
Insisto..., debo viajar a Haití para conocer esos racimos de cambur.
.- Si un racimo de cambur es la unidad de medición de los niveles de corrupción en Haití. ¿Cuál es su equivalente venezolano?.
Sinceramente, no logro imaginar el tamaño del racimo de cambur o las cantidades de los mismos.
Debe ser por eso que nuestros políticos prefieren realizar transferencias entre cuentas bancarias… es mucho más cómodo que cargar con un racimo de cambur a cuestas.
Es que hasta para eso son flojos estos tipos…
.- “Una cosa es que en Venezuela hay corrupción, que la hay y hay que combatirla y reprimirla”.
¿Cómo que “hay que combatirla y reprimirla”?. Es decir… ¡¿no se está haciendo?!
¿No sabe cómo hacerlo?.
Podría ir a Haití y evaluar como investigan a los acaparadores de racimos de cambur, quizá así, tendrá una idea de cómo hacer su trabajo.
.- “…otra cosa es que digan que Venezuela es el país más corrupto del mundo…”.
Vamos que no es para tanto… solo es necesario modificar la frase, algo así como… “Venezuela es un país corrupto”. Quitemos la connotación mundial al tema .¿Así le suena mejor? ¿Podría dormir plácidamente si la frase queda de esta forma?
Cómase un cambur haitiano, mientras piensa la frase…
Sinceramente estoy muy confundido con esta declaración del Contralor General de la República, quizá sus conceptos sobre legalidad, justicia, probidad y moralidad son tan sublimes que no logro comprenderlos.
Posiblemente, mientras el futuro Contralor realizaba sus estudios de Teoría de Estado, se topó con la frase de Meinecke, “El político lleva en la sangre una tendencia hacia el poder, sin ella no realizaría su cometido específico…” y cambió la frase para adaptarla a la realidad venezolana:
“El político lleva en la sangre una tendencia hacia la corrupción, sin ella no realizaría su cometido específico…”.
Foto: Plantas de cambur a orillas del Río Guaire. Tomada con mi teléfono móvil.
Esta infeliz frase corresponde a una declaración realizada por el Contralor General de la República.
Nada más y nada menos, que la persona que lidera el ente gubernamental encargado “del control, vigilancia y fiscalización de los ingresos, gastos, bienes públicos y bienes nacionales, así como de las operaciones relativas a los mismos.”
Desde que leí esta declaración he intentado descubrir que quiso decir el Sr. Contralor o al menos encontrarle cierto sentido; pero después de dos días que éste párrafo ha estado rebotando contra las paredes de mi cráneo, he decidido rendirme y olvidar el tema, pues debe ser que como no soy “Doctor”, ni economista, ni abogado… mi poco educado cerebro ,y en ocasiones con síntomas de agrafía, no llega a comprender tan trascendental símil.
Veamos el porqué de mis inquietudes….
.- Venezuela es, supuestamente, un país con más riquezas que Haití, por ende existen más posibilidades para que los funcionarios corruptos roben a diestra y siniestra.
Por eso... ¿es mentira que la isla caribeña tenga el primer lugar?. ¿Deberíamos ser nosotros los primeros?
Si un funcionario público venezolano tiene cuentas bancarias en monedas extranjeras, yates, avionetas, obras de artes, viste con costosos trajes, posee espectaculares casas y viaja sin límite de divisas alrededor del mundo; y muy por el contrario, el corrupto funcionario haitiano acapara racimos de cambur en el patio de su humilde casa, de verdad que... es injusto que nos roben ese primer lugar.
Muy injusto…
.- ¿Será que las cuentas en monedas extranjeras, los yates, las avionetas, las obras de artes, los costosos trajes, las espectaculares casas y los viajes alrededor del mundo son más fáciles de ocultar que un racimo de cambur?.
¡Claro!. El cambur se pudre y deja ciertas huellas, pero que bruto soy….
.- ¿La cosa de mayor valor que se puede encontrar en Haití es un racimo de cambur?.
Reconozco que nunca he estado en Haití… Tendré que realizar un viaje para cerciorarme sobre el costo de un racimo de cambur.
.- Quien hurta un racimo de cambur es un ladrón… pero el individuo que roba los recursos para construir un hospital, un colegio, una calle, etc., ¿qué es?.
Por supuesto, hay atenuantes… es que no soy abogado. Que pena…
No puedo comparar el robo de un racimo de cambur, con las insignificantes cosas como las que se han robado nuestros políticos y funcionarios públicos.
Insisto..., debo viajar a Haití para conocer esos racimos de cambur.
.- Si un racimo de cambur es la unidad de medición de los niveles de corrupción en Haití. ¿Cuál es su equivalente venezolano?.
Sinceramente, no logro imaginar el tamaño del racimo de cambur o las cantidades de los mismos.
Debe ser por eso que nuestros políticos prefieren realizar transferencias entre cuentas bancarias… es mucho más cómodo que cargar con un racimo de cambur a cuestas.
Es que hasta para eso son flojos estos tipos…
.- “Una cosa es que en Venezuela hay corrupción, que la hay y hay que combatirla y reprimirla”.
¿Cómo que “hay que combatirla y reprimirla”?. Es decir… ¡¿no se está haciendo?!
¿No sabe cómo hacerlo?.
Podría ir a Haití y evaluar como investigan a los acaparadores de racimos de cambur, quizá así, tendrá una idea de cómo hacer su trabajo.
.- “…otra cosa es que digan que Venezuela es el país más corrupto del mundo…”.
Vamos que no es para tanto… solo es necesario modificar la frase, algo así como… “Venezuela es un país corrupto”. Quitemos la connotación mundial al tema .¿Así le suena mejor? ¿Podría dormir plácidamente si la frase queda de esta forma?
Cómase un cambur haitiano, mientras piensa la frase…
Sinceramente estoy muy confundido con esta declaración del Contralor General de la República, quizá sus conceptos sobre legalidad, justicia, probidad y moralidad son tan sublimes que no logro comprenderlos.
Posiblemente, mientras el futuro Contralor realizaba sus estudios de Teoría de Estado, se topó con la frase de Meinecke, “El político lleva en la sangre una tendencia hacia el poder, sin ella no realizaría su cometido específico…” y cambió la frase para adaptarla a la realidad venezolana:
“El político lleva en la sangre una tendencia hacia la corrupción, sin ella no realizaría su cometido específico…”.