domingo, enero 25, 2009

Se busca: La razón

Razón: Acto de discurrir el entendimiento.
Discurrir: Reflexionar, pensar, hablar acerca de algo, aplicar la inteligencia.

En un país donde el extremismo de posiciones es parte del quehacer cotidiano, pereciera que el colectivo social cada día está más alejada de la lógica y la razón.

Es cierto que estamos atravesando tiempos caracterizados por las complejidades, tiempos de cambios y tiempos de movimientos sociales en pugna por lograr parcelas de poder; pero...¿dónde va quedando la razón en todo esto?.

No logro entender porque es tan complejo colocar las, cada vez más escasas, ideas como las armas requeridas para el debate y la controversia.

No me acostumbro a ver como los días pasan colmados por furibundos discursos, ofensivas frases, insultos directos hacia diferentes personas, violencia, choques, enfrentamientos, manipulación malintencionada de hechos, tergiversación de palabras y un largo etcétera.

Ninguna personalidad pública es capáz de desligarse del ambiente hostil, tomar la palabra e intentar darle cierta racionalidad a todo este caos.

Creo no estar equivocado al pensar, que a ambos bandos les conviene el actual estado amorfo de nuestra sociedad. Mientras mayor sea la confusión, más provecho político, más endurecimiento de posturas y menos posibilidades que la lógica forma parte del juego.

En estos últimos meses han ocurrido un serie de acontecimientos, que observándolos sin los lentes de ambos bandos, dan la impresión que la cordura se fue de vacaciones por un largo periodo.

Los individuos son constantemente presionados para forzarlos a tomar partida por alguno de los bandos, como rebaños son guiados hacia los objetivos más convenientes para cada facción y son condicionados a contextos transitorios; aprovechando en gran parte de los casos, de la ausencia de criterios e ideas.

Fortuitamente, en varias ocasiones, me encontré en medio de algunas de las movilizaciones que han caracterizado las últimas semanas capitalinas y me llamó poderosamente la atención las conversaciones que escuché; la ausencia de un criterio propio y la uniformidad de los conceptos era lo común.

Pregunté a diversas personas las razones que los motivaban ... simplemente, se limitaban a repetir las frases preparadas relacionadas con el leit motiv del momento.

Nuestros ciudadanos se están convirtiéndo en loros que repiten lo que le dicen, mientras esperan su recompensa dentro de sus jaulas virtuales.

"Cuando la lucha entre facciones es intensa, el político se interesa, no por todo el pueblo, sino por el sector a que él pertenece. Los demás son, a su juicio, extranjeros, enemigos, incluso piratas." Thomas Macaulay

Imagen: Portada del libro "El Criterio" de Jaime Balmes

viernes, enero 16, 2009

Día del Maestro.

Hay Manuelito… con esa ropa no provoca ni tirarte un polvito…”.

¡Maestra!. ¡Belinda me está molestando!”. Exclama Manuelito, con el rostro totalmente ruborizado, después que su compañera, de 10 años de edad, le estrellara semejante frase en sus aún inmaduros tímpanos.

La maestra, una señora de avanzada edad, separa a ambos niños y, visiblemente frustrada, se retira de la escena.

En esta semana se celebra en Venezuela el Día del Maestro; una fecha que paulatinamente ha perdido aquel vínculo que lo unía con los grandes ideales que rodeaban las todas las luchas gremiales, para elevar la calidad de la educación y de reivindicar al educador, como uno de los pilares fundamentales de la sociedad.

El Día de Maestro ha pasado a ser un simple día de descanso para el educador. Un corto momento de relajamiento.

Hay poco por lo que celebrar.

Son muchos los factores que han influido para afectar seriamente, lo que debería ser una de las misiones más encomiables y reconfortantes que una persona pueda realizar: educar.

Para nadie es un secreto, que la estructura educativa formal ha sucumbido ante el aparato mediático. La potencia, sin fronteras ni barreras, de medios audiovisuales, modela los pensamientos, las actitudes y la forma de percibir la vida de millones de niñas y niños.

Muy al contrario de lo que se presume, actualmente las escuelas son mundos virtuales, donde el maestro enfrenta una batalla terriblemente desigual, intentando cumplir su tarea utilizando las rutinarias herramientas tradicionales.

Cada vez es más evidente que los jóvenes no dependen de la capacidad de comprensión de la lectura, del razonamiento lógico, de la habilidad matemática y que generan escasos contenidos escritos per sé. La información la reciben por diversos medios, mucho más amigables que los existentes en las escuelas y, además, sin mayor demanda de esfuerzo.

Es en este punto, donde otro de los factores que afectan al educador entra en escena; la dicotomía existente entre nuestras realidades y los actuales pensum educativos.

Si bien es cierto, que se han hecho eventuales modificaciones a los programas educativos para intentar adaptarlos a los nuevos tiempos; las enormes diferencias entre la utópica percepción del mundo que se mantienen en las escuelas y la realidad existente fuera de ellas, generan en los jóvenes una incómoda relación entre educadores y educandos.

El educador insiste en fomentar las buenas costumbres, en premiar el esfuerzo, en promover el diálogo como vía para solucionar conflictos y otros nobles valores; pero el peso de la cotidianidad fuera de las paredes y puertas de las escuelas, aplastan toda buena intención y propósito.

Por otra parte, los padres forzados por las exigencias laborales, delegan íntegramente a las escuelas y, especialmente, a los maestros el proceso de formación de los niños.

Los maestros dejaron de ser la persona que coadyuvaban a los padres en las tareas de educación; toda la responsabilidad es descargada en el educador. En algunos casos, obviando por completo las necesidades afectivas, tan necesarias para el ciclo de formación de un individuo.

Adicionalmente, ese aparato mediático mencionado anteriormente, hambriento de nuevos clientes, influencian a los niños exacerbando actitudes preadolescentes tales como rebeldía, irreverencia, indiferencia y enalteciendo actitudes pasotas (me coloco mis audífonos y me olvido del mundo), generando niños déspotas que explotan su situación, para tiranizar a padres y maestros.

Por todo lo mencionado y por otros factores como bajos sueldos, escasos incentivos, politización, sindicalización, etc., ésta hermosa profesión evidencia un déficit de cantidad y calidad.

Un saludo a los MAESTROS en su día.

Postdata 1.
La situación descrita al principio del texto fue real y presenciada por mi persona.
Los nombres son ficticios.

Postdata 2.
No soy experto en temas educativos, simplemente esposo por más de 15 años de una apasionada educadora.
Cualquier comentario será bien recibido.

sábado, enero 10, 2009

Con las pilas recargadas.

Hemos regresado de nuestras cortas vacaciones, de disfrutar en algunas de las más hermosas playas de la Isla de Margarita y, en especial, de gozar de varios días desconexión medíatica y tecnológica.

A pesar que la insistente lluvia, la escasez de varios alimentos y el impacto que nos generó ciertas nuevas realidades de la isla; esos días fueron tiempos de descanso, reflexión y de vida epicúrea.

Retornamos con las pilas recargadas, con planes algo ambiciosos, con nuevas expecativas, pero... con los pies muy firmes en la tierra, pues los pronósticos para el futuro cercano son bastante grises, aún lo más optimistas.

Foto: Playa Caribe desde lo alto. Tomada con mí cámara digital.