domingo, julio 13, 2008

Una aproximación al Salvaje Oeste.

Conforme a la mediatizada versión, el Salvaje Oeste era representado como un lugar donde no existía la autoridad del Estado, y cualquier conflicto era solucionado directamente entre los individuos a través de las armas y la ley del más fuerte.

Quizá la más cercana escena de lo que sería un "Salvaje Oeste Tropical" la presenciamos, mis compañeros de trabajo y mi persona, varias semanas atrás.

Aunque para mi este tipo de situaciones no son nuevas y han dejado de sorprenderme desde hace mucho tiempo; confieso que lo que más me llamó la atención fueron las diversas reacciones de algunas personas.

Lugar.
Un edificio abandonado que ha sido invadido, tomado u ocupado por una gran cantidad de personas.

Dicha edificación se encuentra en en centro de la ciudad de Caracas, a escasas cuadras de las sedes de algunos de las principales instituciones gubernamentales, tales como: Ministerio de Interior y Justicia, Ministerio de Relaciones Exteriores, Asamblea Nacional, Banco Central de Venezuela, Ministerio de Finanzas, Alcaldía del Municipio Libertador, entre otras. También en sus proximidades se encuentra la sede nacional del Cuerpo de Investigación Científica Penal y Criminalistica; y como si esto fuese poco, a cinco cuadras se encuentra la sede del Poder Ejecutivo, el Palacio de Miraflores.

Hora.
01:10 p.m.

Escena.
Habitantes de dicho edificio y otras personas, inician una procesión para trasladar un difunto hacia su destino final.

Gran cantidad de motorizados y varios automóviles obstaculizan el tránsito en la Av. Urdaneta.

Los motorizados giran alrededor del automóvil que lleva el féretro, empuñan armas de diversos calibres y comienzan a disparar al aire; varias personas les acompañan desde los autos en su ruidosa acción.

Se perciben detonaciones más poderosas provenientes de las armas largas, que eran disparadas desde la azotea del edificio.

Muchas personas corren desesperadamente para ubicar un lugar donde refugiarse, otros se asoman temerosos detrás de los automóviles estacionados, las puertas de los locales comerciales cercanos son cerradas apresuradamente, los fiscales de tránsito huyen del lugar, los conductores tocan sus bocinas, algunos abandonan su vehículos, en fin... caos total.

Aparece un valiente o ¿incauto? policía. ¡Uno!. Un Llanero Solitario... Se dirige hacia el aparente líder de la procesión y le solicita finalizar el tiroteo; intercambia varias palabras mientras los disparos continúan.

El policía desiste en su solicitud y se acerca a los pocos conductores que aún se mantienen en sus autos, les recomienda que se queden en su lugar y que esperen, pues en minutos partirán hacia el cementerio.

Nosotros nos encontrábamos en una panadería de la zona, recién habíamos almorzado y estábamos degustando un café, antes de dirigirnos hacia la oficina de un cliente.

Quizá acostumbrado a este tipo de hechos o motivado por algún tipo de curiosidad, observaba la reacción de las personas que me rodeaban.

Un señor de aproximadamente 50 años sufrió una crisis histérica, se escondía y agachaba mientras gritaba incongruencias y maldecía, otro con tono de voz que denotaba circunspección solo atinaba a preguntar "¿dónde están las autoridades?, una mujer oculta detrás de un quiosco lloraba mientras nerviosamente hablaba por el teléfono móvil, el dueño del café con tono de frustración nos decía "es solo un entierro...hoy no vendrán muchos clientes", un par de señores elegantemente encorbatados quedaron paralizados en la acera y absortos preguntaban "¿qué es eso?", una chica decía con voz trémula "yo nunca había visto un entierro así...", un chico adolescente intentaba identificar las armas por sus sonidos "esa es una 22, una 48, esa es una Glock, ese suena como un FAL..."

Aproximadamente, 10 minutos después de iniciado el acto, cesan los tiros y comienzan su retirada los dolientes del fallecido.

Se reanuda el tráfico automotor, los locales abren sus puertas, las personas pululan en las aceras, los fiscales de tránsito regresan a sus puestos y el solitario policía había desaparecido.

Después de esta escena, un par de preguntas quedaron rebotando en las paredes de mi cráneo.

.- ¿Es posible que aún existan en Caracas personas que se asombren con estos hechos?
.- ¿Todavía hay personas que creen que las autoridades?.

Dejo este video que alguien colocó en Youtube, donde se observa uno de estos funerales.



Foto: Edificio en cuestión. Tomada con mi teléfono móvil.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Desgraciadamente cuando tenemos algo de libertad no la sabemos aprovechar.

Saludos.

Andrea ....de acà y de allà dijo...

y los tipos ahi armados meta tirar y nadie fue al edificio, ninguna autoridad fue luego a pedir explicaciones¡¡¡ mejor no paso por esa esquina¡¡¡¡¡¡

LM dijo...

me resulta com de ciencia ficción lo que cuentas. creo que si hubiese estado ahí me habría muerto de un ataque al corazón.
aqui el día que la policía detiene a alguién con una pistola sale la noticia en el periódico a toda página como si fuese la cosa más rara del mundo. besos enormes.

Ema Pires dijo...

Hola querido amigo,
El salvaje oeste se está dando en todas partes. En Europa también en las grandes capitales, hay lugares donde la policía no va y si va es recibida a tiros e a golpe de bombas incendiárias. Como hemos llegado a estas situaciones extremas?
Un abrazo